Primeras consecuencias de los Presupuestos del Mono

Las consecuencias de la aprobación de los presupuestos del mono del Ayuntamiento de Zaragoza para 2.009 no se han hecho esperar. La inquietud inicial de las asociaciones y entidades juveniles o de acción social se va convirtiendo en incertidumbre y cabreo a medida que pasan los días, sobretodo al confirmar que los plazos se alargarán sine die hasta que el ayuntamiento pueda reparar este desaguisado.

Comenzamos a constatar que algunas entidades financieras ya comienzan a presionar a las entidades gestoras obligándolas a  renegociar créditos que permitan mantener el nivel de gasto habitual y esto provoca que determinadas entidades se vean ante  ante la duda de renovar a su personal o rescindir contratos. Si algunos servicios como el de traducción simultánea del Colegio de Abogados pueden dejar de prestarse como hasta ahora, qué pasará con programas de mediación, o servicios educativos y de sensibilización?.

Y ya hay personas que no han podido ser contratadas por entidades que no sabrán probablemente hasta junio o septiembre si sus proyectos son viables o no y tienen que cerrar definitivamente. Los proyectos de inserción sociolaboral también se resienten con estas medidas, y del mismo modo otros más complejos como los que fomentaban la participación social o la dinamización de colectivos o de barrios.

Nada tendrán que agradecer al actual tripartito del Ayuntamiento de Zaragoza por su perversa idea de crear grandes partidas para «subvenciones y contratos» de Acción Social sin concretar nada  sobre el contenido, destinatarios o modelos de intervención en los que se va a trabajar aquellas equipos y profesionales especializados que tendrán que reduplicar esfuerzos para  justificar su trabajo ante los responsables políticos de los que depende la Acción Social o la Juventud de la ciudad de Zaragoza.

Mientras el embrollo se aclara, ya se han reducido las contrataciones, se retraen las compras de materiales o se paralizan y se revisan todos los servicios. Y lo que es peor, las entidades gestoras tienen miedo a expresarse y a mostrar su enfado y preocupación, pues el Ayuntamiento se ha hecho fuerte, al mostrar de qué es capaz, temerosas de que quien se exprese con libertad puede ser tachado de «indeseable» para la gestión de servicios. Mientras las empresas de servicios con ánimo de lucro ya se están frotando «las manos» ampliando el tamaño de su cartera.

Y esto no ha hecho más que empezar. Porque qué pasará -por poner un ejemplo- con las Casas de Juventud, los Piees o los CTLs. Hasta donde llegará el replanteamiento?: hasta la reducción, el cierre, el agrupamiento?

Por eso no hay que reblar sino seguir mostrando al Equipo de Gobierno PSOE-PAR-IU que este presupuesto no soluciona los problemas de los ciudadanos de Zaragoza. Y mucho menos los de los más vulnerables como la infancia, la juventud o las personas en situación de riesgo de exclusión. Por esa razón, iniciativas cono la del Consejo de Juventud de Zaragoza -presentando alegaciones al presupuesto- son las que pueden propiciar un giro en la planificación presupuestaria.

Ya podemos imaginarnos qué pasó con el pobre pez al que el mono salvó de morir ahogado.

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