Me escribe el huerto

A mi abuelo Candido, el huerto le escribía también cuando pasaban más de tres días si ir «a dar vuelta».

Una semana llevaba yo sin ir entre ocupaciones laborales, viajes y chaparrones. Y ya tenía mono de huerto. Menos mal que ha estado el encargado dando la vuelta y haciendo la lista de tareas pendientes y entrecavando la hierba.

Entre el campo que me escribe y mi padre que me lleva la cuenta de «pendientes» no tengo escapatoria. En este junio no paso los exámenes finales de junio con buena nota y tendré que presentarme a las recuperaciones.

Eso sí, en el hortal tomateras, calabacines y pimentoneras llevan los deberes al día.

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