Un cuento sufí, habla de la historia del mono que sacó del agua a un pez para que no se ahogara. Eso es lo que parece que va a hacer el Ayuntamiento de Zaragoza aprobando estos presupuestos «de la Vergüenza» en los que las partidas de Acción Social y Juventud no se aumentan como deberían en estos tiempos de crisis y se les dice a las entidades que llevan tantos años gestionando con sabiduría los siempre escasos presupuestos para la prevención, la educacion o la intervención social: quitamos los convenios para gestionar mejor los servicios.
Sin duda pasarán a la historia del movimiento social en Zaragoza, estos presupuestos municipales que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza está a punto de aprobar, con el apoyo de IU. Lo malo está por venir, pues esto no parece ser sino una de las primeras etapas del intento de modelar la sociedad y la vida de las personas sin contar con ellas (como el mono con el pez)
No acabo de entender cuál es el verdadero propósito de esta reorganización presupuestaria en la que la víctima propiciatoria son las entidades sociales que gestionan dinero público del Ayuntamiento y ofrecen servicios a la ciudadanía, razón por la cual tienen acuerdos con el Ayuntamiento y cumplen sus obligaciones fiscales así como todos los requisitos técnicos fijados por el propio Ayuntamiento. No se tocan sustancialmente las grandes partidas (personal, urbanismo o presidencia)
Quizás sea preciso recordar que muchos de estos servicios que pronto saldrán a concurso -si salen- nacieron por iniciativa de muchas de las entidades que ahora se quedarán a la espera del concurso en el que se primarán conceptos como «capacidad de gestión» o «volumen de negocio». Competirán junto a otras y sobretodo junto a las empresas y creadas para luchar en el mercado y perderán algo más que los proyectos. Perderán el sentido de su existencia. Otras sobrevivirán sin duda, y seguirán gestionando servicios y proyectos, pero habrán caido en la trampa, en la de la mercantilización de los Servicios Sociales, Educativos o Juveniles, en los que cuenta más la cuota de beneficio que la calidad del servicio prestado.
Es preciso recordar que las entidades sociales, sin animo de lucro, sacan más rentabilidad al dinero, multiplicando por 2 la rentabilidad del dinero de todos, pues no sólo cumplen con los objetivos del servicio que prestan sino que además lo enriquecen con el VALOR AÑADIDO : se implican en el territorio, generan relaciones sociales, refuerzan el protagonismo de los participantes -nunca usuarios-, sensibilizan, educan, crean redes de coordinación, innovan e investigan, aumentan la creatividad, generan posibilidades de implicación de la sociedad, forman voluntariado y además multiplican los presupuestos aportando a los servicios sus propios recursos, sin esperar demasiado reconocimiento, pues tienen demasiado de lo que carecen demasiadas empresas: criterio y conciencia social.
Tras los tiempos de fastos y obras faraónicas, en plena reorganización de puestos y sueldos al alza para contentar a los asesores de confianza y a los compañeros políticos de partido o de coalición y con el horizonte puesto hacia nuevas expos, para fortalecer el escaparate de Zaragoza, parece que molesta que haya tantos testigos de las migajas para acción social y juventud y que ya no vale solo con esconderlos en el trastero, ahora hay que conseguir que desaparezcan o las que se mantengan lo hagan agradeciendo lo que tienen, que es otra manera de guardar silencio.
Pues sin duda si el Ayuntamiento de Zaragoza gastara con tanta alegría y en proporciones similares el dinero para equipamientos juveniles, programas preventivos, educativos o de dinamización social y comunitaria, para impulsar la calidad de vida, el ocio o las ofertas para los colectivos más vulnerables (niños, jóvenes, inmigrantes, mayores y familias …) así como para revitalizar barrios, y zonas degradadas de la ciudad, como gasta el dinero para grandes eventos como la Expo, podríamos estar un poco más tranquilos. Al saber lo poco que le importan los jóvenes o las personas destinatarias de la Acción Social, nos podemos echar a temblar, pues permiten que sobre el escaso presupuesto para así amueblar edificios como la Casa Solans.
Sólo puedo entender este planteamiento desde una doble lógica: la del poder o la del negocio. Los movimientos sociales son la conciencia de un equipo de gobierno desorientado (PSOE-PAR), que piensa como el conductor que va en contra dirección, «los demás son los que van mal», y por si le queda alguna duda pide consejo y apoyo al conductor ciego que está parado en la cuneta (IU). Por eso cuanto más lejos estén mejor no sea que nos digan lo que no queremos oir. Cuanto menos poder tengan ellos más tendremos nosotros. Y si además los podemos manipular mejor.
En cuanto al negocio, habrá que pensar que detrás de estos movimientos habrá mucho dinero en juego, pues si finalmente salen los concursos, el mercado regulará convenientemente tanto colectivo social disperso difícil de controlar. Y vendrán empresas especialistas en la gestión con las que se podrá hablar de indicadores de rendimiento, de beneficios y de porcentajes de aplicabilidad de la formación, y no de personas con nombres y apellidos protagonistas de su propio cambio. Quizás lo que ya se esté preparando sean las entidades prestadoras de servicios a la sombra de sus «jefes», que serán invitadas cual buitres a comer la carnaza de los Servicios Sociales, para los Jóvenes o para las personas en dificultad social. Por supuesto también las grandes empresas de gestión del sector aprovecharán la jugada para aumentar su volumen de negocio pues igual da limpiar un edificio o urbanizar una calle, que gestionar los servicios de apoyo para jóvenes en riesgo de exclusión.
Qué cinismo: para que algunos proyectos, algunas intervenciones existiesen algunas entidades sociales llevan toda vida luchando contra los políticos municipales que no entendían casi nada de intervención socioeducativa o dinamización sociocultural o aquellos que sólo dominan el clientelismo. Ahora que muchas intervenciones estaban estabilizadas y contaban con el reconocimiento incluso social, el Ayuntamiento tiene que sacarlas a concurso al mejor postor. Al que mejor gestione los dineros, porque debe ser un servicio público y debe gestionarlo el que mejor lo haga, dicen.
Somos testigos de estos Presupuestos de la Vergüenza que van a cambiar la realidad. Y vamos a presenciar cómo ese discurso en defensa de la transparencia, la equidad o lo público esconde una perversa lucha contra el valor añadido , contra la conciencia social que atesoran cientos de entidades y colectivos sociales y miles y miles de participantes, de niños y niñas, de jóvenes, de voluntarios y voluntarias, de familias enteras, e incluso barrios enteros, convertidos ahora en objetos de mercado.
Me hago cargo de las dificultades que de ahora en adelante tendrán las entidades ahora víctimas de este despropósito, sin recursos para los proyectos que desarrollaban, pero también me preocupa las que tendrán aquellas que osen gestionar -si ganan- los recursos educativos, sociales y juveniles que salgan a concurso, pues primero dudarán si el fin justifica los medios y sobretodo cómo conseguir transmitir al gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza aquellos valores añadidos difíciles de cuantificar en un concurso e imposibles de valorar en un tribunal.
MAÑO, lo has bordado. La PSOE vuelve como en sus mejores tiempos…
Buen diya Seve, ¿Te has parado a pensar que quizá lo de la reducción en el presupuesto de Acción Social y Juventud puede tratarse de otro error informático, como el de la subida de salarios de asesores y personal de confianza? La culpa seguro que es del equipo informático. Pero me temo que este virus que ha entrado en el consistorio no se conseguirá eliminar hasta dentro de dos años, como mínimo.
Un besico.
PD: Ah! Se me olvidaba: bienvenido a la blogosfera!!!
Hola Seve: sería interesante que dieras a conocer qué convenios desaparecen, las entidades que los gestionaban y el tiempo que llevaban trabajando en ello. Tal vez así se vería aún mejor la magnitud del atropello cometido por el Ayuntamiento.
También podría ser interesante conocer con más detalle los conceptos que primaran en esos concursos que quieren poner en marcha. Es evidente que en ellos se encuentra la clave para comprender a quiénes desean favorecer en detrimento de las entidades sin ánimo de lucro que hasta ahora gestionaban los servicios.
Un saludo.
Gracias Miguel por tus sugerencias. Me pongo a ello y en breve espero poderlo mostrar.
En cuanto a los conceptos de los que hablas, es una completa incógnita, lo que hace aumentar la incertidumbre y el nerviosismo de entidades, trabajadores, y destinatarios de los proyectos. También es un tema a seguir de cerca